LA ESCUELA HA DE SER PARA EL NIÑO, NO EL NIÑO PARA LA ESCUELA (CENTROS DE INTERÉS)
La metodología de centros de interés, fue creada por Decroly a partir del concepto de globalización, es decir, al hecho de que lo niños perciben el mundo como un todo y no dividen las partes. Por lo tanto, el aprendizaje de los infantes se inicia con la comprensión y percepción de un todo, y en base a lo global, descubren los segmentos que lo conforman a través del interés generado. Por lo tanto, este método pedagógico se basa en la observación de los niños y en su aprendizaje.
Este método consiste en agrupar los contenidos en base a un tema central, el cual es elegido teniendo en consideración las necesidades y los intereses del alumnado, ya que es el propio alumno el único que puede mantener su atención y motivación en el proceso de aprendizaje. Los centros de interés están agrupados según Decroly, en base a las necesidades básicas en cuatro grupos: necesidad de alimentarse, de protegerse de la intemperie, de defenderse contra peligros varios, y necesidad de acción y diversión.
Los centros de interés se ubican en los distintos ciclos de la etapa educativa siguiendo una secuencia definida de esta forma se garantiza la adecuada progresión y coherencia entre los aprendizajes. Los centros de interés, a su vez, deben englobar el respeto a las aspiraciones propias del niño y las presiones de la formación intelectual. Para poder desarrollar los centros de interés, Decroly desarrolló tres tipos de ejercicios:
• Observación: el alumno establece el contacto directo con los objetos y situaciones.
• Asociación: el alumno relaciona en el espacio, el tiempo, en sus reacciones, en la relación causa-efecto, etc.
• Expresión: el alumno ejercita lectura, cálculo, escritura, dibujo, trabajo manual, etc.
El principal material utilizado en este método, es el juguete natural que permite una experiencia global y socializadora, así como diversas posibilidades de uso y una mayor iniciativa. El material lo podemos clasificar en:
• Material aportado por el niño: piedras, botones, papeles, etc.
• Juegos educativos: sensomotores y de atención (motores, visomotores, audiomotores, visuales) y de iniciación a las actividades intelectuales (iniciación a la aritmética, relacionados con el tiempo, iniciación a la lectura, de gramática y comprensión del lenguaje).
Para que los centros de interés surjan el efecto óptimo en los alumnos, Decroly sugiere que, las clases deben ser relativamente homogéneas, es decir, que los niños que las componen tengan ritmos parecidos de aprendizaje, las mismas edades y nivel de desarrollo. Y, en segundo lugar, que estas no excedan los 30 niños.
La utilización de esta metodología favorece la existencia de un ambiente propicio para el aprendizaje en el aula, facilita el aprendizaje activo y significativo, motiva al alumnado hacia el contenido de estudio, favorece la autonomía, favorece la comunicación oral o escrita por parte de los discentes y permite trabajar en diferentes tipos de agrupaciones.
Este método consiste en agrupar los contenidos en base a un tema central, el cual es elegido teniendo en consideración las necesidades y los intereses del alumnado, ya que es el propio alumno el único que puede mantener su atención y motivación en el proceso de aprendizaje. Los centros de interés están agrupados según Decroly, en base a las necesidades básicas en cuatro grupos: necesidad de alimentarse, de protegerse de la intemperie, de defenderse contra peligros varios, y necesidad de acción y diversión.
Los centros de interés se ubican en los distintos ciclos de la etapa educativa siguiendo una secuencia definida de esta forma se garantiza la adecuada progresión y coherencia entre los aprendizajes. Los centros de interés, a su vez, deben englobar el respeto a las aspiraciones propias del niño y las presiones de la formación intelectual. Para poder desarrollar los centros de interés, Decroly desarrolló tres tipos de ejercicios:
• Observación: el alumno establece el contacto directo con los objetos y situaciones.
• Asociación: el alumno relaciona en el espacio, el tiempo, en sus reacciones, en la relación causa-efecto, etc.
• Expresión: el alumno ejercita lectura, cálculo, escritura, dibujo, trabajo manual, etc.
El principal material utilizado en este método, es el juguete natural que permite una experiencia global y socializadora, así como diversas posibilidades de uso y una mayor iniciativa. El material lo podemos clasificar en:
• Material aportado por el niño: piedras, botones, papeles, etc.
• Juegos educativos: sensomotores y de atención (motores, visomotores, audiomotores, visuales) y de iniciación a las actividades intelectuales (iniciación a la aritmética, relacionados con el tiempo, iniciación a la lectura, de gramática y comprensión del lenguaje).
Para que los centros de interés surjan el efecto óptimo en los alumnos, Decroly sugiere que, las clases deben ser relativamente homogéneas, es decir, que los niños que las componen tengan ritmos parecidos de aprendizaje, las mismas edades y nivel de desarrollo. Y, en segundo lugar, que estas no excedan los 30 niños.
La utilización de esta metodología favorece la existencia de un ambiente propicio para el aprendizaje en el aula, facilita el aprendizaje activo y significativo, motiva al alumnado hacia el contenido de estudio, favorece la autonomía, favorece la comunicación oral o escrita por parte de los discentes y permite trabajar en diferentes tipos de agrupaciones.
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